Las Cañadas Reales languidecen a medida que avanza el abandono del medio rural

Publicado en “EL CONFIDENCIAL

La red de vías pecuarias constituye un importante legado histórico, cultural, paisajístico y medioambiental que debe ser conservado por las administraciones y respetado por todos.

“El Rey Alfonso X el Sabio reguló en 1273 por edicto real la red de cañadas reales, una ‘internet’ de vías pecuarias que recorrían “desde tiempos antiguos” los pastores trashumantes. La norma buscaba regular, ordenar y proteger algunos caminos de la península cuya importancia, uso o ubicación merecían ser preservados de posibles violaciones. En la actualidad, el movimiento estacional de rebaños sigue vivo, pero casi en la UCI a pesar de que este legado fue incorporado al Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO en el año 2019. La red de vías pecuarias está hoy más transitada por senderistas y ciclistas que por vacas, cabras y ovejas.

El pastoreo evita el abandono del campo, previene los incendios, evita la erosión y frena el deterioro de la naturaleza

El mapa de vías pecuarias está formado por cañadas reales, que debían tener al menos una anchura de 72,22 metros (92 varas castellanas) durante al menos 500 kilómetros; cordeles, de 37,5 metros de ancho y veredas, de 20 metros. Tanto la medieval regulación como la actual prohibía que los propietarios de las fincas colindantes se acabaran apropiando poco a poco de su recorrido. Aunque esta red autóctona de la península ibérica apenas ha modificado su trazado original, ya no mantiene, ni de lejos, su anchura y propiedades iniciales y, en muchos casos, han sido asfaltadas a su paso por los núcleos urbanos, como por ejemplo, la calle de Atocha, en Madrid.La Ley de Vías Pecuarias de 1995 reconoce que son parte del dominio público de las comunidades autónomas y las califica como bienes “inalienables, imprescriptibles e inembargables” que siguen prestando un servicio a la cabaña ganadera nacional extensiva, con “favorables repercusiones” para el aprovechamiento de pastos y para preservar razas autóctonas. Además, define este patrimonio nacional como “auténticos corredores ecológicos esenciales para la migración, distribución geográfica e intercambio genético de especies silvestres”.

Esta norma, de hace un cuarto de siglo, destaca asimismo este patrimonio como un instrumento favorecedor del contacto del hombre con la naturaleza y de la ordenación del entorno medioambiental. “Es un legado histórico de interés capital único en Europa“, reza el texto legal.

El necesario respeto hacia los fundadores de nuestra cultura

Pero quien recorre con frecuencia el campo se da cuenta como año a año muchos vecinos de linde de estas cañadas, sin pudor alguno, se van metiendo cada cosecha un poco más en estos corredores ecológicos y con el paso del tiempo se los van ‘comiendo’ en su beneficio particular, sin que haya una especial preocupación ni diligencia por parte de las administraciones públicas en mantener a raya estos límites.

 Su declive se intensificó a mediados del siglo pasado, con el éxodo a las ciudades, el consiguiente abandono del campo y los cambios en los métodos tradicionales de ganadería a partir del incremento del uso de piensos que permitían tener al ganado estabulado, sin necesidad de ir en busca de pastos.

Desde los años 90, cuando nacieron las organizaciones Asociación Concejo de la Mesta, fundada por el gran naturalista Jesús ‘Suso’ Garzón, y Trashumancia y Naturaleza, se han celebrado distintas iniciativas como la recuperación del paso de ganado por el centro de Madrid durante el otoño para reivindicar este vestigio propio remanente del paleolítico.

A raíz del reconocimiento de la inclusión de esta tradicional práctica ganadera en el patrimonio inmaterial de la Humanidad, estas dos entidades elaboraron un documento con objetivos y un decálogo de medidas que las administraciones deberían fomentar para defender este legado.

Denuncian que el futuro de la trashumancia en España dependerá de que las Administraciones sean capaces de cumplir con su obligación; que apoyen la labor de los pastores por su “importancia social y ambiental como custodios del territorio”; protejan las cañadas “con su anchura tradicional”, las restauren y recuperen allí donde sea preciso; mantengan abrevaderos limpios cada cinco o seis kilómetros; construyan pasos en carreteras y vías férreas para que el ganado y la fauna silvestre cruce sin peligro.

 Precisamente, insisten los ganaderos en que fomentar el pastoreo con ovejas y cabras evita el abandono del campo y es un importante cortafuegos que previene la propagación de incendios, al tiempo que evita la erosión de los suelos y el deterioro de la naturaleza.

Si no cambiamos de vida, el clima nos cambiará la vida

En definitiva, estiman que “en el menor plazo posible” se debería recuperar el “óptimo histórico” de unos dos o tres millones de ovejas, cabras y vacas trashumantes, para garantizar el relevo generacional a través de la incorporación de 5.000 jóvenes al medio rural. De este modo, calculan que se pueden generar miles de puestos de trabajo directos e indirectos relacionados con la comercialización de productos ganaderos, turismo de naturaleza, hostelería y servicios ambientales.

La semana pasada y en plena definición de la recuperación económica española después de los efectos de la pandemia provocada por el covid-19, Soria, una de las provincias más despobladas, acogió la Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural (Presura), por la que este año han desfilado numerosos representantes políticos de todos los partidos y presidentes comunidades autónomas, la ministra titular de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera; la de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, o el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Allí, por cuarto año consecutivo desde que se organiza el evento, elogiaron la importancia del mundo rural, de la ganadería extensiva, de la necesidad de lograr la igualdad de oportunidades y el acceso a la tecnología.Sin embargo, el portavoz de la organización, Roberto Ortega denunció que al mundo rural le encantaría que de esta “cumbre de máximo nivel” saliera “algún tipo” de compromiso por el territorio y recordó que la mal llamada España vaciada lleva años reclamando un Pacto de Estado para afrontar de una vez el reto demográfico.

El reto de esta edición se centró en insistir en que los fondos de recuperación ‘Next Generation‘ tengan “en primer plano al medio rural” y que se revisen las leyes para ruralizarlas, ya que consideran que la legislación española tiene puesto el foco fundamentalmente en el medio urbano.

El 27 de octubre de 2020 el Gobierno aprobó la Estrategia de Infraestructuras Verdes, entre las que figuran las vías pecuarias, con la meta puesta en restaurar ecosistemas dañados y consolidar una red de zonas naturales y seminaturales terrestres y marinas funcionales y conectadas en España para 2050.

Entre sus metas incluye la necesidad de reconectar la biodiversidad, algo que puede empezar a hacerse recuperando este legado

Este instrumento de planificación contempla 50 líneas de actuación que deberán ser desarrolladas entre el Ejecutivo y las comunidades autónomas y las medidas serán evaluadas de manera periódica. El documento parte de la base de la necesidad de crear soluciones basadas en la naturaleza frente a los impactos del cambio climático y para recuperar la biodiversidad en España, donde “solo el 9% del hábitat y el 21% de las especies se encuentran en buen estado de conservación”.

Entre sus metas incluye la necesidad de reconectar la biodiversidad, algo que puede empezar a hacerse recuperando este legado histórico, cultural, paisajístico y medioambiental como es la red de vías pecuarias. No hacen falta más promesas ni más documentos, sino poner en marcha ya, sin dilación, pero con estrategias adaptadas a los nuevos tiempos, la necesaria recuperación de lo que desde tiempos inmemoriales el mundo rural y el ganado lograron conservar hasta hace poco más de medio siglo.”