“Aún estamos a tiempo”, el mensaje optimista de Sir David Attenborough a sus 95 años

Publicado en “TELVA

El científico y divulgador Sir David Attenborough, que tiene más seguidores en Instagram que Jennifer Aniston, ha dedicado toda su vida a defender la naturaleza. Ahora publica sus memorias, Una vida en nuestro planeta, a la vez que sus últimos documentales triunfan en Netflix y Movistar+.

“”He disfrutado de una vida extraordinaria. Pero solo ahora aprecio lo extraordinaria que ha sido”, reflexiona Sir David Attenborough en Una vida en nuestro planeta. Mi testimonio y una visión para el futuro (Editorial Crítica).

Sus documentales de naturaleza son una referencia desde los años 60 y, a día de hoy, los más vistos en las plataformas digitales. En Netflix acaba de estrenarse Una vida en nuestro planeta, donde narra su vida; y en Movistar+, La gran aventura de David Attenborough,David Attenborough: una vida extraordinaria y Curiosidades de la naturaleza con David Attenborough. Varias generaciones hemos descubierto la fascinante vida del planeta tierra gracias a este extraordinario documentalista que comenzó a coleccionar fósiles, rocas y otros especímenes naturales en su infancia.

“Me ha sido concedida la suerte de dedicar mi vida a explorar los espacios abiertos y salvajes de nuestro planeta, y a realizar películas sobre las criaturas que lo habitan -escribe Attenborough en el prólogo de Una vida en nuestro planeta. Mi testimonio y una visión para el futuro-. Para hacerlo he viajado por todo el globo. He podido tomar personalmente el pulso del universo viviente, he contemplado su enorme variedad y sus maravillas, y he sido testigo de sus mayores espectáculos y de sus más apasionantes dramas…”.

A continuación, puedes leer los mejores fragmentos de su testimonio, en el que asegura desde sus vivencias que los seres humanos aún estamos a tiempo de restaurar los daños que hemos causado al mundo que hemos heredado. “Todo lo que se necesita es voluntad de realizarlo”, afirma.

“CON O SIN NOSOTROS, EL MUNDO SALVAJE SE RECUPERARÁ Y VOLVERÁ A IMPONERSE”

“Desde muy pequeño quedé convencido de que el conocimiento más importante era el que alcanzaba a proporcionar una idea clara del funcionamiento del mundo natural. Lo que me interesaba no eran las leyes inventadas por los seres humanos, sino los principios que regían la existencia de los animales y las plantas”.

“La devastadora escala de la catástrofe que hoy predicen los datos de la corriente principal de las ciencias ambientales es el resultado directo del trato que actualmente dispensamos al planeta. A partir de la década de 1950, tras la Segunda Guerra Mundial, nuestra especie entró en una fase a la que se ha dado el nombre de Gran aceleración. […] Este crecimiento desbocado no es más que el perfil de la existencia contemporánea, el modelo universal del período histórico del que he sido testigo ocular en el conjunto del planeta: la gran explicación que subyace a todos los cambios que señalo. Mi testimonio es un relato en primera persona de lo sucedido en la Gran aceleración”.

“Todavía estamos a tiempo de introducir cambios, de modular nuestro impacto, de cambiar el rumbo de nuestro desarrollo y de volver a ser una especie en armonía con la naturaleza. Todo cuanto se necesita es la voluntad de hacerlo. Las próximas décadas van a suponer la última oportunidad de construir un hogar estable para nuestra especie y de reconstituir el variado, saludable y maravilloso mundo que heredamos de nuestros lejanos antepasados. Nos jugamos nuestro futuro en el planeta, el único lugar del universo en el que existe vida, hasta donde nos es dado saber”.

“En los cuatro mil millones de años transcurridos desde el comienzo de la vida en la Tierra, ha habido cinco de estas extinciones masivas. En cada una de esas ocasiones, la naturaleza se ha derrumbado, dejando simplemente el número de supervivientes justo para volver a poner en marcha el proceso”.

“Hablamos muy a menudo de salvar al planeta, pero lo cierto es que si hemos de hacer todas esas cosas es para salvarnos a nosotros mismos. Con o sin nosotros, el mundo salvaje se recuperará y volverá a imponerse”.

LO QUE NOS RESERVA EL PORVENIR

“Si seguimos manteniendo el tipo de vida que llevamos actualmente, me inquieta pensar en lo que se vean obligados a referir quienes deban dar testimonio de lo sucedido en los próximos noventa años. Los últimos datos científicos sugieren que el mundo vivo lleva camino de experimentar un vuelco que acabe por desmoronarlo. […] Todas las realidades que hasta ahora hemos juzgado fiables -la totalidad de los servicios que el medio ambiente de la Tierra nos ha procurado siempre de manera gratuita- podrían empezar a fallar o a desaparecer por completo”.

“Nuestro crecimiento acelerado no puede perdurar eternamente: las fotografías de la cápsula Apolo a las que me he referido antes muestran claramente que la Tierra es un sistema tan cerrado como el de la colonia bacteriana del disco sellado de la placa de Petri. Necesitamos saber con la máxima urgencia cuántos abusos puede seguir encajando el planeta”.

“En el momento presente, nuestras actividades están llevando a la Tierra al borde del fallo. Ya hemos superado el umbral de cuatro de los nueve límites. Estamos contaminando el planeta con un exceso de fertilizantes, alterando gravemente los ciclos del fósforo y el nitrógeno. Estamos transformando a velocidad excesiva los hábitats naturales terrestres (como los bosques, las praderas y los humedales) en tierras de cultivo. Estamos calentando el globo a un ritmo excesivo, arrojando dióxido de carbono a la atmósfera a una velocidad que rebasa todo lo que ha conocido la Tierra a lo largo de su historia. La pérdida de la biodiversidad que estamos provocando es más de cien veces superior a la media, y solo puede compararse con lo que indican los registros fósiles durante los procesos de extinción masiva”.

“Mediante una constante serie de ajustes, reacciones y mejoras, la comunidad del bosque tropical amazónico puede prosperar ininterrumpidamente durante decenas de millones de años sin exigir nuevas materias primas ni recursos naturales a la Tierra. Es el lugar con mayor biodiversidad del planeta -el más próspero de todos los empeños actuales de la vida-, pero no necesita ningún aumento de su crecimiento neto. Ha alcanzado el punto de maduración preciso para poder perdurar, sencillamente. En la actualidad, el género humano parece no tener la menor voluntad de alcanzar la meseta de esa maduración”.

«Pero, a fin de cuentas, el crecimiento, aunque sea verde, sigue siendo un crecimiento. ¿Podrá alguna vez la humanidad superar la fase de expansión, madurar y asentarse en una meseta? ¿Podrían convertirse las sociedades, tras esa sexta ola de innovación, en una realidad como la del Amazonas? Es decir, ¿lograrán los seres humanos prosperar, depurar y mejorar la sostenibilidad a largo plazo sin crecer?”.”

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